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Hacia la primera Escuela Waldorf, segunda parte
Volver a buscar las fuerzas de espíritu y vida
Hacia la primera Escuela Waldorf, primera parte
Hacia la primera Escuela Waldorf, segunda parte
Hacia la primera Escuela Waldorf, tercera parte
Hacia la primera Escuela Waldorf, cuarta parte
El camino hacia la primera Escuela Libre Waldorf atraviesa la época dramática de posguerra, en la que no dejaron de actuar las fuerzas letales que habían causado la guerra. ¿Cómo Emil Molt y los amigos de Stuttgart entendieron desde la antroposofía la necesidad de un impulso vital espiritual para la sociedad, y cómo siguió evolucionando la idea de preparar el suelo para una nueva educación?
Retrospectiva. El 9 de Noviembre de 1919
En la primera parte de la retrospectiva a los primeros comienzos filosófico espirituales de la Pedagogía Waldorf (Antroposofía en el Mundo 2018-10) nos centramos en el momento del 9 de noviembre de 1919, día que Emil Molt visita a Steiner en Dornach. El mismo día, Karl Liebknecht proclama la República Socialista Libre de Alemania y el fin del capitalismo «que hizo de Europa un campo de cadáveres».
Pocas horas después, Rudolf Steiner responde desde Dornach a estas palabras comentando en la conferencia de este día cómo los poderes financieros internacionales usaron la coyuntura mundial de manera «diabólicamente ingeniosa» para convertir el Reich Alemán en un «instrumento para operaciones financieras y también para operaciones industriales.» Sin embargo la intención de Steiner no es señalar al capitalismo como culpable identificado, sino caracterizar el pensamiento sobre el capital y la necesidad de cambiar el pensamiento económico. Esto exige un conocimiento de las fuerzas de ascenso y descenso actuantes tanto en la economía como en la sociedad entera. (1)
Las exigencias de cambiar de pensamiento también se perciben en el cambio de tono de Rudolf Steiner. Una persona presente en la conferencia del 9 de noviembre (la primera del ciclo ‹Bases histórico-evolutivas para la formación de un juicio social›, GA 185a) comentó que hablaba con una voz de trombón apta para despertar a la audiencia medio dormida y «sacudir los cimientos de la ciudad de Basilea hasta el Puente del Rin.» (2) En el momento que Steiner habla al grupo de antropósofos de Dornach de contenidos que nunca antes escucharon de su boca (entre otros el capital, la renta, el sueldo, el valor del trabajo), la presencia de Emil Molt tiene una gran importancia. Representante tanto de la antroposofía como del «capital», empresario interesado en la causa proletaria, será una figura decisiva en el desarrollo de los planes de acción social tal como se verá a continuación en este artículo.
Abdicaciones del poder central
Todavía cabe recordar otro detalle. El 9 de noviembre de 1918, el día de la abdicación del emperador alemán Guillermo II, Steiner habla en dicho ciclo por primera vez al público antroposófico de Dornach sobre la trimembración humana en conexión con el organismo social trimembrado. En el momento en el que se han mostrado inválidas las concepciones de la organización autoritaria jerárquica que tiene el mando sobre todos los ámbitos sociales, Steiner enseña que debe abandonarse la concepción del mando del cerebro sobre el resto del organismo. El mismo paralelismo, de un suceso histórico sintomático y la proclamación de un cambio en el pensamiento ya se había producido un año y medio antes. El día 15 de marzo de 1917, el día que Rudolf Steiner desarrolla, por primera vez en público, la trimembración anímico-fisiológica del ser humano (3), coincide con la abdicación del zar en Rusia.
Conocimiento de las fuerzas letales del pensamiento
Alrededor de los años de posguerra. Rudolf Steiner intensificó sus intentos de llevar el pensamiento a preguntarse por las causas de lo sucedido en la guerra, y por la relación de los sucesos externos históricos con la condición (físico-) anímico-espiritual del ser humano. Después de las terribles confrontaciones bélicas, el necesario despertar a las preguntas de cómo pudo producirse el desastre de la guerra, qué tiene que ver con el momento de la evolución de la humanidad, y dónde yace la responsabilidad del ser humano más allá de la culpabilidad de los pocos actores responsables. El diagnóstico de Steiner se dirige primero al pensamiento individual y social y a las características del mismo.
La tarea del alma consciente es estar atenta a la naturaleza y las tendencias del pensamiento material, abstracto y «muerto», «los cadáveres del pensamiento vivo». (4) Steiner llama pensamiento abstracto todo pensamiento abstraído y distraído de la realidad en su complejidad viva, orgánica.
«Cuando emprendemos pensamientos ordinarios abstractos, ¿qué es lo que piensa en nosotros? No piensa el ser humano anímico-espiritual. Justo cuando emprendemos pensamientos abstractos, cuando empleamos al máximo la lógica terrenal, entonces piensa en nosotros el cerebro físico.» (5)
El pensamiento de esta índole nos da conciencia y poder sobre las cosas. El pensamiento vivo (imaginativo) no busca el poder sobre las cosas ya que su único objetivo es unirse con la vida de ellas. Supera el nexo físico con el cerebro uniéndose con la cualidad viva, etérica de las cosas.
Las fuerzas destructivas en el sistema neurosensorial
A partir de los años 1917 y 1918, Rudolf Steiner vuelve a hablar más que antes sobre los procesos degenerativos en el cerebro. Indica que la ciencia fisiológica debe abandonar la concepción de los pensamientos como resultado de procesos productivos del cerebro. La conciencia se produce sobre el fondo de procesos cerebrales de destrucción. «El alma ya ha actuado en el cerebro antes de que tenga la percepción sensorial. Toda la percepción es un reflejo, que se produce porque el alma, antes de que llegue la percepción, ya impregnó las huellas de su acción en el cuerpo. [...] No podemos tener ninguna sensación y representación, sin que lo que crece y brota sea combatido, rechazado y desintegrado. Al suprimir, por así decirlo, la vida de los nervios, el alma prepara la superficie que refleja [como condición de la conciencia].» (6)
El momento de la muerte, en el que el alma deja atrás el cuerpo físico para despertar al mundo espiritual, representa la pequeña muerte que se produce cuando el organismo humano retrocede en su vitalidad para que se produzca la conciencia. (7)
Despertar en los procesos de destrucción fisiológicos y/o externos
La circunstancia de que el despertar de la conciencia se produce sobre el «lienzo» de los procesos fisiológicos de destrucción y degradación en el sistema neurosensorial tiene su contraimagen en el despertar frente a la realidad externa, un despertar que es tanto más intenso cuanto más crítica se presenta la realidad. No es gratuito que Steiner hable de estas dependencias en tiempos de guerra, posguerra y crisis. Son aprendizajes para el alma consciente en desarrollo.
«Nuestro sistema nervioso desarrollado, el sistema cerebral, está en proceso de constante degradación. La degradación es parte del mundo. Es responsabilidad del ser humano familiarizarse con estas fuerzas de desvitalización y necrotización. Sin prejuicio y con imparcialidad, debe decirse a sí mismo: en el camino que recorremos en la época en la que el alma consciente debe despertar plenamente, entran más que nunca en acción las fuerzas de desvitalización y necrotización. A veces estas fuerzas se concentran y consolidan, y la consecuencia puede ser lo que se ha producido durante los últimos cuatro años y medio.» (8)
La experiencia de las fuerzas destructivas en el exterior se realiza mediante el contacto físico corporal con las máquinas de producción industrial. El ser humano despierte en el escenario industrial que ha producido, un escenario que culmina en el contacto mortal con la maquinaria de guerra.
«He tratado de hacer entender a todo el mundo que lo que nos permite pensar de manera consciente son los procesos de destrucción, degradación y muerte del organismo. […] Nos hemos hecho seres inteligentes mediante los procesos de degradación en nuestros cerebros. Y la época del alma consciente tenía que darle al ser humano la oportunidad de enfrentarse a la experiencia de la degradación y muerte en el entorno externo. No se da el caso de que el pensamiento moderno y autoconsciente haya madurado por haber sido sostenido por procesos de plena vida; al contrario, lo más íntimo del ser humano, el pensamiento autoconsciente, maduró y prosperó por los procesos mortales de la tecnología moderna, la industria moderna y el contexto financiero moderno. Esto fue lo que exigía la vida en el alma consciente.» (9)
El aspecto interno del enigma social
En el mes de febrero de 1919, Rudolf Steiner da varias conferencias en Berna y Zúrich, hoy recogidas en el ciclo GA 193, ‹El aspecto interno de la cuestión social›. En estas conferencias, una vez más Steiner trata de dar sentido y vida a ciertas ideas e ideales sociales; por ejemplo recoge los ideales sociales de la libertad, igualdad y fraternidad con la intención de liberarlos de su carácter abstracto. En su carácter abstracto, estos ideales son fáciles de proclamar, cómodos de predicar como admonición moral, y no tienen mucha más función que la de ser recordados como contenido que pertenece al plan de estudios de historia. Fue por este carácter abstracto por lo que la conexión interior viva con estas ideales resultó imposible para el proletariado excluido de la educación; para él, las construcciones de la vida cultural-espiritual fueron mera ideología e inventos de la clase burguesa. (10)
La intención del ciclo ‹El aspecto interno de la cuestión social› es hacer entender que las cuestiones sociales necesitan ser reconocidas en su aspecto profundamente crístico, y como impulso espiritual que puede ser sentido en toda alma humana. Uno de estos aspectos es que la fraternidad tiene una íntima relación con la disposición a querer entender el pensamiento ajeno. «Cristo dijo: “Cuanto hagáis por cualquiera de los más humildes, a mí me lo hacéis”. No cesa de revelarse y hoy habla diciendo: “En el pensamiento de los más humildes habéis de reconocer mi pensar; Yo entro en vuestro corazón cada vez que permitís que el pensamiento de otro se relacione con el vuestro y siempre que sentís un interés fraternal por lo que sucede en otra alma. Cualquier opinión, cualquier creencia que descubráis en el más humilde de vuestros hermanos, allí me encontraréis”.» (11)
Y es precisamente en el ámbito económico donde podemos desarrollar este interés fraternal. « Fuera de la vida económica no hay otra área en la que podamos desarrollar con tanta facilidad y naturalidad las relaciones fraternas entre las personas en el más amplio sentido de la palabra.» (12) Un ejemplo es el intento conjunto de encontrar el precio justo de una mercancía entre el productor y el consumidor. (13)
Otro ejemplo de cómo Rudolf Steiner intentó vivificar las ideas sociales es la relación entre los ideales sociales de la libertad y la fraternidad, en su respuesta frente a los comentarios de que en una sociedad sería imposible la coexistencia de dos ideales contradictorios. Una vez más esta crítica solo puede originarse en un pensamiento abstracto dialéctico lejos de tomar en consideración que en la vida real las ideas opuestas tendrán que encontrar su organización saludable.
Enero de 1919
25 de enero de 1919. Emil Molt hace otro viaje a Dornach para consultar con Steiner acerca de posibles acciones y las necesidades del tiempo, esta vez en compañía de los amigos de la Rama de Stuttgart, Roman Boos y Hans Kühn. «El sábado, 25 de enero tuvimos una primera reunión con Rudolf Steiner en Dornach. Fue en el Atelier, donde se encontraba la aun inacabada estatua del Representante de la Humanidad. En las conversaciones, que continuamos el día 27, Rudolf Steiner volvió a desarrollar la trimembración de una forma muy completa. Roman Boos, formado en economía política, tiene el mérito de aclarar cuestiones pendientes.» Boos también hizo apuntes posteriores desde la memoria. (14)
Se realizó una recordación y contemplación de los sucesos históricos, una interpretación de los mismos desde la perspectiva antroposófica. En aquel momento de densidad, tensión, concentración y concienciación, la atmósfera desde la que la Antroposofía esperaba su encarnación en la vida espiritual libre terrenal, estaba saturada de las ideas e ideales que hemos caracterizado anteriormente.
Por otro lado, la atmósfera de los encuentros del 25 y 27 de enero de 1919 estuvo cargada de la repercusión interior de los últimos sucesos violentos de la Revolución en Alemania, en concreto por el asesinato de Karl Liebknecht, junto con el de Rosa Luxemburg, que había sucedido dos semanas antes. Karl Liebknecht era el hijo de Wilhelm Liebknecht, en cuya Escuela de formación para Trabajadores Rudolf Steiner había dado clases durante seis años. Por lo tanto, en la reunión de enero en Dornach también estuvo presente el espíritu de la causa proletaria y la necesidad y demanda de una educación y formación igualitaria, una causa que siempre fue defendida por Steiner. Horrorizado por los sucesos de la Revolución rusa, cuya violencia había conducido al asesinato del Zar y de su familia, el gobierno alemán buscaba mantener el poder del Estado reprimiendo la revolución con violencia, y si hacía falta con la ayuda de los resortes del poder militar, conservados por el nuevo gobierno mediante un pacto del gobierno con el jefe del Ejército. Por el otro lado, los consejos de obreros contaron con la solidaridad de los consejos de los soldados, muchos de los cuales seguían en posesión de armas. Las fuerzas revolucionarias radicales del grupo espartaquista de Liebknecht sin embargo no tenían la fuerza suficiente como para ser la amenaza bolchevique que se veía en ellas.
El toque de autoridad del Estado solo pudo ser interpretado como síntoma fuerte de que las viejas estructuras del Estado unitario no iban a cambiar. Desde el punto de vista de la trimembración social, la situación clamó por introducir ideas nuevas capaces de contrarrestar la concepción del Estado unitario y su tradicional tendencia de ejercer el control sobre la vida cultural incluyendo todo sistema educativo. En este momento denso, Rudolf Steiner propuso con resiliencia particular, crear «escuelas libres», para «dar a la gente lo que necesita». En este momento sabe que está apelando a la última sombra de duda que quedaba en Emil Molt, y que ésta se iba a convertir en intuición valorosa. Con la palabra clave de «escuela libre», Rudolf Steiner da el último empujón de autoridad amorosa que lleva a Emil Molt a la resolución de empezar la empresa de una escuela cuya envergadura y repercusión mundial podemos apreciar hoy, 100 años después.
Febrero de 1919
El acta de la reunión de enero, disponible en el Rudolf Steiner Archiv en el Goetheanum, revela la propuesta de Steiner de redactar un manifiesto en el que se declara que la delegación alemana para las inminentes negociaciones de paz debería ser trimembrada, representando por separado los ámbitos espiritual-cultural, político-jurídico y económico. Molt, Boos y Kühn convencen a Steiner de que él sea el autor de tal llamamiento. Rudolf Steiner acepta comentando la importancia de que hubiera un contrapeso contra los 14 puntos de Woodrow Wilson, los que llama 14 «cadáveres mentales del Oeste» (15), y pide la ayuda de los amigos, cuya tarea será recoger firmas de personalidades importantes. El 2 de febrero, Steiner entrega el «Llamamiento al pueblo alemán» para su divulgación. El llamamiento se publicó también en Austria y en Suiza. Los representantes de la iniciativa de la trimembración de Stuttgart recorrieron Alemania, Austria y Suiza para recoger firmas. El 5 de marzo de 1919, el llamamiento se publicó en los diarios más importantes de los tres países, firmado por trescientas treinta personas.
En el ‹Llamamiento al Pueblo Alemán›, Rudolf Steiner expone la necesidad de abandonar los viejos esquemas de pensamiento social que habían conducido a la tragedia de la guerra. Antes de exponer la trimembración social en su libro ‹Los puntos centrales de la cuestión social›, habla de las condiciones de la «coactuación viva» de los tres miembros sociales. «El sistema político destruye la economía si quiere apoderarse de ella; y el sistema económico pierde sus fuerzas vitales si quiere ser político. Además de estos dos miembros del organismo social, debe formarse un tercero, con total independencia y con sus propias posibilidades de vida: el de la de la producción cultural-espiritual.» (16) Las expresiones como «fuerzas vitales», «vida» y «vivo» no son gratuitas. Se pueden tomar literalmente. La salud y vida del organismo social depende de que no haya intervenciones invasivas; por ejemplo el afán de control y poder del estado unitario en los tres ámbitos sociales sería tan nocivo como lo es el pensamiento abstracto, lógico, programático que asume el poder único, imponiéndose sobre el sentimiento y la voluntad.
Conocimiento y educación del pensamiento
La necesidad de una nueva educación, que Emil Molt realiza, no es fruto de la idea de un grupo de idealistas teóricos sino el resultado del conocimiento profundo del ser humano basado en la ciencia espiritual. El conocimiento del ser humano ubicado en medio de las fuerzas opuestas (vitales y de muerte) que actúan en él a nivel fisiológico y anímico, tenía que dar su primer fruto en el contexto del aprendizaje y de la enseñanza. La educación del pensamiento con contenidos abstractos tiene resultados diferentes a los de una enseñanza que cuida el pensamiento autónomo, vivo y pictórico. Esto es el punto central del primer curso para pedagogos Waldorf, en el que Rudolf Steiner insiste tanto en la distinción entre los conceptos abstractos y el pensamiento imaginativo. (17) De ahí se entiende que la intención pedagógica de cuidar el pensamiento vivo no reside en la simpatía por las imágenes fantásticas sino en la búsqueda de imágenes que tengan una cualidad salutogénica por ser verdaderas y tener su origen en la facultad espiritual imaginativa.
En 1917, Rudolf Steiner dio a conocer en su escrito ‹En torno a los Enigmas del Alma›, las «dependencias físicas y espirituales de la entidad humana trimembrada» e intentó sin éxito convencer a varias personalidades políticas influyentes de la trimembración social. En 1918 se dirige a los antropósofos hablando de insistiendo en la necesidad de que estos conocimientos lleguen al mundo. Solo un año después, logra en el mencionado curso pedagógico iniciar el grupo de los primeros maestros Waldorf en el conocimiento del ser humano trimembrado, como fundamento para una nueva pedagogía, una pedagogía en la que el pensamiento recibe su valor vivo del hecho de no atribuirse a sí mismo un valor superior al del sentimiento y de la voluntad, las dos facultades anímicas sin las cuales el pensamiento no puede renovarse saliendo de sus propias limitaciones.
El nuevo pensamiento que Rudolf Steiner reivindica en aquel momento, no significa un cambio de temas y criterios; propone desarrollar una conciencia del hecho de que el propio pensamiento se mueve entre los extremos de uniforme/unitario y libre, dialéctico/polémico y triádico, muerto y vivo. Con ayuda de las directrices de Rudolf Steiner, Emil Molt y los amigos de Stuttgart dejaron nacer en ellos la convicción de que en aquel momento de extrema falta de fuerzas vitales y anímicas, la vida cultural-espiritual se encontraba en pleno descenso y necesitaba ser transformada en vida cultural-espiritual ascendente.
Notas:
(1) Un aspecto que Rudolf Steiner elaborará en profundidad en el ciclo ‹Polaridad mundial entre occidente y oriente› de 1922, GA 83.
(2) Christoph Lindenberg, ‹Rudolf Steiner. Una Biografía›, tomo II, p. 645.
(3) Espíritu y materia, vida y muerte, cuarta conferencia, GA 66.
(4) La filosofía de la libertad, Los factores de la vida, Suplemento a la nueva edición de 1918.
(5) GA 197, séptima conferencia.
(6) Espíritu y materia, vida y muerte, primera conferencia.
(7) Espíritu y materia, vida y muerte, primera conferencia, GA 66.
(8) La exigencia social fundamental de nuestra época. octava conferencia, GA 186.
(9) Sintomatología histórica, tercera conferencia, GA 185.
(10) Los puntos centrales de la cuestión social , capítulo I, GA 23.
(11) El aspecto interno del enigma social, GA 193, tercera conferencia.
(12) Ibídem.
(13) Curso de economía política, GA 340.
(14) Hans Kühn, Dreigliederungszeit (Tiempos de Trimembración), Dornach 1987.
(15) GA 188, sexta conferencia.
(16) Los puntos centrales de la cuestión social, GA 23.
(17) El estudio del ser humano como base de la pedagogía, segunda conferencia, GA 293.
Hacia la primera Escuela Waldorf, primera parte