Pensamiento puro y trimembración social
La antroposofía enseña la esencia y la importancia del pensamiento puro y de los conceptos puros. Un pensamiento libre de simpatías y antipatías personales, y libre de actitudes egoístas.
Para caracterizar el pensamiento puro con un ejemplo concreto, se puede escoger directamente el escrito de Rudolf Steiner, “Los puntos centrales de la cuestión social”.
Cuando allí habla de los conceptos centrales de Capital, Trabajo y Mercancía, no se refiere a un conjunto de características de ellos. El capital no es una cantidad de dinero guardado en la caja fuerte; la mercancía no se reduce a lo que se puede comprar en el supermercado; el trabajo no solo se define como actividad humana observable y evaluable de alguna manera. En los tres casos, no se trata de magnitudes cuantificables; de lo que se trata es la esencia de los tres conceptos.
Como la esencia de las “cosas” no es visible, la tenemos que encontrar nosotros, y esto solo es posible mediante el pensamiento puro. Con el método que Rudolf Steiner sigue en “Los puntos centrales de la cuestión social”, encuentra que el ser, o la función esencial del del Capital es que tiene su campo de acción saludable en el ámbito cultural-espiritual; el Trabajo, entendido en su esencia, pertenece al ámbito del derecho; la Mercancía en su cualidad de ser producida, consumida y distribuida, obviamente pertenece al tercer ámbito social, el de la economía.
En el desarrollo ulterior de “Los puntos centrales de la cuestión social”, Rudolf Steiner muestra que los tres ideales sociales de la libertad, igualdad y fraternidad tienen una relación natural y lógica con los tres ámbitos sociales. Para entender esta relación, podemos leer el escrito de Rudolf Steiner y después reproducir sus argumentos. Aunque de esta manera hayamos usado conceptos e ideas puras, esto no tiene que ver con el pensamiento puro. Este solo lo alcanzamos a partir de haber entendido que la libertad, igualdad y fraternidad son ideas que se han convertido en ideales, y partir de preguntas que nos podemos hacer a nosotros mismos, por ejemplo sobre el valor que damos a la libertad, ya sea a nivel individual o como ideal dentro de una organización social.
Con los conceptos de Capital, Trabajo y Mercancía, y con su relación con los tres ámbitos e ideales sociales, tenemos unos instrumentos muy poderosos para la interpretación de cualquier suceso o fenómeno social. Nos dan seguridad interior para formar juicios sociales y ayudan a ver las cosas de una manera metodológica, que sin embargo nunca debe ser dogmática. Idealmente, lo propio es que los tres, seis o nueve conceptos puros sean conceptos nuestros después de haberlos movido durante un periodo de tiempo suficiente.
El hecho de que es posible mirar los conceptos de Capital, Trabajo y Mercancía como conceptos puros, lo confirma y justifica el hecho de que, dentro de la ciencia espiritual, o dentro de un ciencia económico-espiritual, pueden ser mirados y vivenciados en un nivel de conocimiento aún superior, el de la imaginación, inspiración e intuición, para el que es condición previa el pensamiento puro de estos conceptos (véase en este glosario: Ciencias económicas y ciencia espiritual: Imaginación, inspiración, intuición - mercancías, trabajo, capital)
En “Los puntos centrales de la cuestión social”, Rudolf Steiner habla de “ideas primarias” como orientadoras para el tratamiento de la cuestión social. Es significativo que no indique de qué “ideas primarias” está hablando en concreto, y que no ofrezca un listado sistemático de tales ideas; sin embargo esto sería contrario al pensamiento antroposófico. Es tarea del lector del libro encontrar los conceptos centrales o formular preguntas acerca de ellos. Preguntas que entonces fueron formuladas por las personas que en aquel momento decidieron crear la “Unión para la Trimembración del Organismo Social”. Tenemos que preguntarnos en qué medida son “puras” las “ideas primarias” de las que Rudolf Steiner habla en “Los puntos centrales de la cuestión social”, y cuáles son las ideas que incluir en ellas. También depende de nosotros qué cualidad, claridad o valor podemos dar a las ideas, posiblemente elevándolos a ideales. Uno de los conceptos “puros” difícil de excluir es la de la dignidad humana dentro de los varios contextos sociales.
Ideas puras e ideales humanos
Una profundización en los ideales sociales conduce inevitablemente a una observación o un cuestionamiento de nuestros ideales morales, o bien de los ideales morales puros en el sentido de una filosofía de la condición humana en general. En relación con los conceptos de Capital, Trabajo y Mercancía y los ideales sociales relacionados, el sentido moral que les podemos dar desde la sensación y el entendimiento personales es que:
- la fraternidad en la economía no busca en primera línea el beneficio propio sino pregunta primero por las necesidades del otro (y por las capacidades disponibles para satisfacerlas).
- el valor del trabajo y la dignidad del trabajador no se miden por la cuantía del salario sino por lo que yo quiero aportar al mundo con él.
- en la vida espiritual quiero defender mi verdad sin someterla a un sistema de pensamiento normativo y normalizador ajeno.
En estos tres contextos se puede preguntar por la posibilidad o necesidad de unir los tres ideales sociales con los ideales morales en el sentido de individualismo ético de la “Filosofía de la Libertad”: el valor creador del individuo en el ámbito cultural; la dignidad humana y las condiciones de que esta se respete, sobre todo en el ámbito central del trabajo; la actitud de amor y de atención a las necesidades del otro en el ámbito económico (véase en este glosario: Ideales sociales e Ideales morales).
Ideas puras y triunidad primordial
Otra forma de aproximación al pensamiento puro es el reconocimiento de la naturaleza de los tres elementos en como “triunidad primordial en todo lo viviente y tejiente”, como dice Rudolf Steiner en la conferencia “El ciclo anual como proceso respiratorio de la Tierra”. Las fuerzas de construcción y deconstrucción pueden ser observadas en la naturaleza, la organización humana y en el organismo social. En el curso del año se manifiestan como vida productiva en la época de verano, y concentración de las fuerzas paradas en el invierno.
En este ejemplo, tenemos los opuestos de verano e invierno, y en el centro las épocas de transición. Al mismo tiempo, los tres elementos forman una unidad. En la cita siguiente, Rudolf Steiner habla de “las ideas puras de la vida espiritual libre, de la vida jurídica, de la vida socioeconómica”, en el sentido de que son entendibles como parte de un orden trimembrado superior, que se puede experimentar y comprobar en la observación de la realidad natural, humana y social.
“Y así la disposición anímica despertará en si una primera capacidad de observar esta triunidad primordial en todo lo viviente y tejiente, con lo cual también empezaría a querer entretejer esta triunidad primordial en todo quehacer humano, en toda actividad creadora humanas. Y se puede decir que tener ideas puras de la vida espiritual libre, de la vida jurídica, de la vida socioeconómica sólo es posible al captar este pulso trinario como fuerza universal, para que sea también un impulso para el obrar humano.
Si se sigue todo el curso del año, observando cómo se estructura el Tres, cómo la vida espiritual y la vida físico-material están presentes como dos, y como tercer elemente el entretejido rítmico de ambos, entonces uno percibe estos tres en uno, uno en tres, y aprende a reconocer cómo el ser humano puede ponerse a sí mismo en el centro del devenir mundial: el tres en el uno, el uno en el tres.”
Rudolf Steiner; El ciclo anual como proceso respiratorio de la Tierra y las cuatro grandes festividades, GA 223.
Unidad, trinidad, trimembración social
La “figura arquetípica” de la lemniscata representa perfectamente los procesos sociales (y otros) entre arriba y abajo, construcción y deconstrucción; por otro lado es una figura geométrica (lemniscata de Bernoulli / óvalos de Cassini). Las relaciones de tres elementos que forman una unidad son de aritmética básica. El pensamiento matemático es pensamiento puro de verdades puras.
“Lo que importa es que podamos conectar con el curso del mundo de tal manera que podamos seguir la viva transición de la unidad a la trinidad, y la vuelta de la trinidad a la unidad. Entonces, cuando, complementando de esta manera el pensamiento pascual con el pensamiento micaélico [entre resurrección de la vida y retorno inicial al estado invernal] , nos capacitamos para sentir la trinidad primordial en todo ser.
Entonces podremos ver que, en realidad, toda la vida se basa en la actividad e interacción de las triunidades primordiales. [...] Y entonces tendremos una inspiración, un impulso natural-espiritual, para introducir en toda la vida tal como la podemos observar y transformar, el impulso de la trimembración.
Y de la introducción de este impulso depende si las fuerzas de la decadencia, que están en el desarrollo humano, podrán transformarse de nuevo en fuerzas ascendentes.”
Rudolf Steiner; El ciclo anual como proceso respiratorio de la Tierra y las cuatro grandes festividades, GA 223.
Ideas puras e ideas “institucionalizadas”
Los conceptos que dominan el debate social hoy, son generados por instituciones cuyo pensamiento social está inspirado en la práctica política y utilidad económica, es decir, la acción política tiene una forma de reacción a las condiciones perceptibles en la realidad social, en forma de reformas, agendas, programas y “estándares sociales”, que a su vez vuelven a condicionar el pensamiento general, que no puede hacer otra cosa que aprobar o rechazar las ideas correspondientes.
Si se trata de instituciones mundiales, la pretensión de programas y “estándares sociales” mundiales, generales, permanentes y determinantes, dificulta aún más el debate social “democrático”. Con las categorías que ocupan la conciencia general, esta se ve obligada a responder, pero poco capaz de introducir otras categorías distintas desde otras perspectivas. Es la tarea del pensamiento puro introducir este tipo de ideas nuevas, que en realidad no son nuevas sino patrimonio de la historia de la humanidad, como son la dignidad y libertad humanas. Ideas que podrían ser más saludables para la sociedad que el conjunto de “estándares” mundiales predefinidos,
Lo que en el texto siguiente Rudolf Steiner llama “ideas primarias” (pensamientos originales, Urgedanken), son en gran parte sinónimo de ideas puras. El pensamiento puro no “se deja guiar por los hechos creados, cuando, en realidad, debería dominarlos”.
El individuo moderno tiene que tener plena confianza en su propio juicio, educado en el pensamiento puro, no entregado al pensamiento “institucionalizado”.
“El hecho de que, en el curso de mucho tiempo, la voluntad humana haya adaptado la forma de instituciones sociales, genera la tendencia de desviación para el juicio individual y, por consiguiente, no permite adquirir el conocimiento al que aquí se alude. Habituada a dichas instituciones, la humanidad ha orientado su pensamiento en ellas, y su juicio y criterio se limita a valorar si lo aportado por ellas es digno de conservarse, o bien necesita alguna modificación. Quiere decir que el pensar se deja guiar por los hechos creados, cuando, en realidad, debería dominarlos.
Cuando no existen las fuentes de las cuales siempre de nuevo fluyen al organismo social las fuerzas inherentes a las ideas primarias, las instituciones toman formas que en vez de promover, entorpecen la vida de dicho organismo. Mas las ideas primarias continúan viviendo, más o menos inconscientemente, en los impulsos de los hombres, aunque los pensamientos plenamente conscientes se desvíen de la realidad y provoquen, o hayan provocado estorbos en el desarrollo de la vida social. En un mundo de tal naturaleza, las ideas primarias se manifiestan de un modo caótico y aparecen, abierta o veladamente, detrás de las perturbaciones revolucionarias del organismo social, perturbaciones que no se producirán si este organismo posee una configuración de tal característica que en todo momento pueda propender a observar dónde las instituciones van desviándose de la norma trazada por las ideas primarias, y que también exista la posibilidad de contrarrestar el desvío antes de alcanzar una extensión fatal.
En nuestro tiempo, la vida humana se ha desviado ampliamente de las condiciones exigidas por las ideas primarias. Pero los impulsos que se apoyan en estas ideas viven en almas humanas y, frente a los hechos, son expresión de una vehemente crítica con respecto al desarrollo del organismo social en el curso de los últimos siglos. Por esta razón hace falta la buena voluntad de recurrir, con toda energía, a las ideas primarias, y de reconocer cuán perjudicial resultaría, precisamente en la actualidad, rechazarlas por ajenas a la vida práctica.”
Rudolf Steiner, Los puntos centrales de la cuestión social
Autor. Michael Kranawetvogl