Los tres factores de la vida socio-económica. Capital, trabajo, mercancía
Índice
Los tres factores de la vida socio-económica. Capital, trabajo, mercancía
Entender el conjunto tríadico de conceptos de capital, trabajo, mercancía
Algunas interdependencias económicas básicas entre capital, trabajo y mercancía
Los tres factores económicos principales –capital, trabajo y mercancía– son tres conceptos básicos en las teorías de la economía. El proceso económico es la interacción de estos factores. Los podemos relacionar con los tres ámbitos sociales, aunque parezca que pertenecen únicamente al ámbito económico. El pensamiento económico de Rudolf Steiner investiga el factor del capital en su función de instrumento con el que el espíritu humano puede organizar el trabajo, con el que luego se transforma la naturaleza en mercancía. De ahí la estrecha relación de tres factores económicos con los tres factores de generación de valor económico; espíritu, trabajo, naturaleza.
Los tres factores de la vida socio-económica. Capital, trabajo, mercancía
“Uno de los problemas fundamentales que a través de la crítica de nuestra época se presentan, consiste en la pregunta: ¿Qué debe hacerse para terminar con la opresión del proletariado por el capitalismo privado? El que posee o administra el capital está en condiciones de utilizar el trabajo de otras personas al servicio de lo que él va a producir. Ahora bien, en la relación social que se establece por la interacción del capital y el trabajo humano, hay que distinguir entre tres factores:
* primero, la actividad empresarial, que debe de basarse en las capacidades individuales de una persona o de un grupo de personas
* segundo, la relación humana entre el empresario y el trabajador, que debe de basarse en el derecho;
* tercero, la producción de cosas, que a través de los procesos de la vida económica adquieren un valor de mercancía.”
Rudolf Steiner, Los puntos centrales de la cuestión social, III. El capitalismo y las ideas sociales (Capital y trabajo humano)
* La mercancía se define como algo producido mediante el trabajo humano en un proceso que transforma lo que da la naturaleza, y algo que tiene un valor por cubrir la necesidad del comprador (que se expresa en un precio que beneficia tanto al vendedor como al comprador).
* El trabajo no es una mercancía porque no tiene que ver con la definición de la mercancía (por eso el tema de comprar/pagar el trabajo es problemático). No pertenece a la vida económica sino al ámbito del derecho. Económicamente, el trabajo bien organizado genera productos con un alto valor económico,
* El capital no es dinero guardado debajo del cojín. El dinero con el que se compra mercancías, pertenece a la circulación económica; el capital, tiene otra función y otro potencial. En sus escritos populares y científico económicos, Rudolf Steiner enseña que el capital, ya sea prestado o donado, se acerca al nivel del espíritu, y que en el organismo social es un factor que en realidad debería pertenecer completamente a la vida cultural-espiritual. Si puede desplegar su función de organizar el trabajo empresarial y facilitar el trabajo espiritual-intelectual, es otro factor que genera valor económico.
Entender el conjunto tríadico de conceptos de capital, trabajo, mercancía
El motivo para entender el conjunto tríadico de estos conceptos reside en el hecho de que Rudolf Steiner los menciona como las tres ideas clave que condicionan nuestra economía y vida, y de cuya naturaleza e interrelaciones deberíamos tener cierta conciencia para entender el conjunto de organismo económico social.
El reto para el entendimiento de estos tres conceptos consiste en que podemos intentar entenderlos bajo el punto de vista principal y siempre igual de los temas de la trimembración social: la existencia de dos elementos opuestos y uno central, mediador; donde la mercancía se encuentra en el extremo de lo más material y el capital en el extremo de lo más espiritual.
Los objetivos de entender el conjunto tríadico de conceptos son:
* Entender cómo están interrelacionados y cómo deben funcionar para una economía sana, y para que se genere un valor económico real en beneficio, y para la sana existencia, de una comunidad económica asociativa o de la economía en general.
* Entender que los tres factores no solo son teóricos y cómo nos afectan en nuestra humanidad y vida diaria, hasta en los sentimientos. Rudolf Steiner siempre destacaba que en los libros de teoría económica figurase todo menos el ser humano.
* Entender la triple función del dinero en relación con los tres factores económicos, y su actuación sana en el proceso económico. La triple función del dinero es la de comprar, prestar y donar (véase más abajo).
Algunas interdependencias económicas básicas entre capital, trabajo y mercancía
=== La mercancía: necesidades y capacidades
Dentro del marco de la economía necesitamos mercancías para satisfacer nuestras necesidades físicas pero también otras necesidades culturales, el deseo de poseer un bien determinado, gustos personales o nuestra “facultad apetitiva”. En el lado opuesto tenemos nuestras capacidades intelectual-espirituales. En la medida en la que hacemos buen uso de estas capacidades podemos producir mercancías de valor y generar beneficios, es decir, capital. Este hecho es un primer indicio de que el capital tiene que ver con el espíritu humano en forma de nuestras capacidades intelectuales; y en este sentido el capital pertenece en primera línea a la vida cultural-espiritual.
=== El derecho entre facultad apetitiva y facultad intelectual-espiritual
Entre las esferas de la mercancía y el capital, tenemos la esfera del derecho. El derecho se interpone donde, por un lado, hace falta reglamentar los procesos económicos si ellos la “facultad apetitiva” de una persona (codicia, actitud de competencia desleal, etc.) genera injusticias, o donde, por otro lado, la facultad intelectual-espiritual necesita ciertas reglas para interpretar las convivencia (por ejemplo con respecto a la propiedad privada).
=== Crear valor económico
Para la producción económica, siempre tenemos que partir de la naturaleza (o base natural), a la que también pertenecemos por nuestra condición físico-corporal. El cuerpo necesita ser alimentado y tener cubiertas sus necesidades primarias. Para este fin hacen falta personas dispuestas a preparar y transformar la naturaleza con su trabajo. Con la condición de haber trabajado y manipulado la naturaleza para producir un producto que satisface la necesidad de otra persona, hemos generado un valor económico. Este valor se caracteriza por el trabajo que actúa sobre la naturaleza, pero también por el espíritu que organiza el trabajo.
=== El precio adecuado
El gran reto de la economía moderna es entender el proceso de creación de valor y encontrar el precio adecuado para este valor. En gran medida, no pagamos el precio adecuado / justo por lo que compramos.
=== Precio y derechos de uso y acceso a los recursos naturales
Otro gran reto es el de encontrar el precio adecuado / justo que pagamos por la naturaleza, por ejemplo cuando consumimos agua. En este contexto, el capital puede provocar daños importantes cuando es usado para comprar derechos de uso y acceso a los recursos naturales, por ejemplo los derechos del uso de agua. El efecto habitual es que suba el precio del agua, a un precio difícil de pagar para las empresas agrícolas pequeñas. El resultante efecto pernicioso para la naturaleza es que solo las empresas agrícolas industriales pueden seguir produciendo bajo estas condiciones de precio, y lo suelen hacer de una manera mucho menos respetuosa con la naturaleza que las empresas agrícolas pequeñas.
Un ejemplo reciente: Los representantes de ideas sobre la mercantilización de la naturaleza sostienen que la propiedad de los recursos naturales de naturaleza ecosistémica debería estar en manos de entidades económicas muy “responsables”, que el cumplimiento de tal responsabilidad tiene un valor, y que este valor debe ser confirmado por la bolsa de valores. Un grupo llamado Grupo de Intercambio Intrínseco (IEG) celebró un acuerdo correspondiente en septiembre de 2021 con la Bolsa de Valores de Nueva York. El CEO de IEG comentó sobre el acuerdo: "Juntos, IEG y NYSE permitirán a los inversores obtener acceso a los recursos naturales y transformar nuestra economía industrial en una más justa”. El IEG ya ha desarrollado metodologías para medir el desempeño ambiental de KPA y convertirlas en valor. Estos incluyen ventas de servicios ecosistémicos y capital natural.
=== Vender el propio trabajo
Cuando el derecho interviene en el proceso económico dando derechos de aguas u otros derechos de propiedad, los que no poseen tales derechos y solo pueden ofrecer su mano de obra, se verán obligados a vender su trabajo.
Sin embargo, Rudolf Steiner nos dice que el vender su trabajo es una ilusión. Naturalmente se puede hacer un contrato laboral en el que se especifica un salario determinado, pero el verdadero reto consiste en encontrar el valor adecuado del resultado del trabajo. El trabajo en sí no puede ser medido o pagado. El trabajo no es una mercancía; solo es mercancía el producto del trabajo sobre la naturaleza (y del trabajo del espíritu humano sobre el trabajo).
Se produce una relación indigna de dueño y sirviente, legítima e institucionalizada. Desde la perspectiva de la trimembración social hay que constatar que aquí el derecho no cumple con su deber de cuidar la igualdad de todas las personas. Las relaciones artificiales de poder y propiedad de derechos hacen que no sea claramente visible el proceso de la creación de un valor verdadero.
=== Proceso real de la creación de valor versus proceso ilusorio de pagar el trabajo
La reacción habitual frente al hecho de que el capital (los propietarios de capital y los accionistas) tengan derechos unilaterales, es que los trabajadores reivindiquen su derecho en forma de salarios cada vez más altos; la consecuencia de ello, sin embargo, siempre será que suban los precios para compensar los gastos aumentados. Lo que habría que cambiar es el proceso real de la creación de valor, no el proceso ilusorio de pagar el trabajo.
La persona que tiene derechos de propiedad, tiene una ventaja que puede monetizar en cualquier momento. Esta condición hace que se pierda de vista (que no se estime) el valor real del fruto de un trabajo realizado. Esto significa que tenemos que aprender a valorar el fruto del trabajo (ya sea producto o servicio) de tal manera que su valor tenga una relación adecuada con el precio del producto, de cuya venta se genera un salario para las personas que participaron en la producción del mismo.
=== El trabajo realizado registrado en la contabilidad
En una comunidad asociativa, el ideal es que tal “remuneración” sea gestionada a través de una contabilidad común o un sistema de compensación mutua de crédito con intercambio de productos y servicios sin efectivo. En este caso, la recompensa del trabajo realizado funciona a través de productos y servicios ajenos. Por ejemplo, en la red Sardex una empresa usa los ingresos de venta de productos para ingresarlos en las cuentas de los empleados. Con los Sardex recibidos en sus cuentas, los empleados pueden comprar productos y servicios de otros miembros de la red.
=== El espíritu que organiza el trabajo
Observemos más de cerca el segundo factor de creación de valor económico: el espíritu que organiza el trabajo. También este factor se pierde fácilmente de vista; por ejemplo no es contemplado en las teorías marxistas porque se supone que el empresario gana sus ingresos y su capital mediante puras operaciones de poder. Esto significa subestimar, o no tener en cuenta, la actividad con la que el empresario coordina, organiza y diseña el trabajo. El espíritu organiza el trabajo; luego el trabajo manipula la naturaleza.
Otro aspecto de la actividad del espíritu es el espíritu empresarial en sí, pero también el espíritu necesario para el desarrollo de medios de producción, de racionalización y optimización, o el espíritu inventivo. Este espíritu hace que se reduzca el trabajo realizado sobre la naturaleza; en otras palabras, que se ahorre trabajo y tiempo. Los medios, tecnologías y máquinas que ahorran trabajo y tiempo tienen un valor y una utilidad que se traduce a un precio que muchas personas están dispuestas a pagar.
=== El espíritu que organiza el trabajo. El capital prestado
Los beneficios de la venta pueden ascender a una cantidad de dinero que el empresario ya no puede gastar para sus propias necesidades. En este momento está generando capital financiero; un capital que puede ser prestado a otro empresario, cuyo espíritu empresarial, organizador e inventivo vuelve a crear más medios, que a su vez ahorran trabajo y tiempo. En este proceso, el trabajo se fragmenta en nuevos tipos de producción y prestación de servicios; el trabajo “se retira” de la naturaleza; el trabajo inmediato sobre la naturaleza (en gran medida el trabajo agrícola) se reduce y se transforma en trabajo industrial.
El capital prestado en el sentido que se acaba de describir, va a los procesos que fragmentan, diferencian, organizan y optimizan el trabajo. Inversamente, el proceso de fragmentar y organizar hace que crezca el potencial de producción y el capital. En este sentido, el capital prestado tiene la tendencia natural de ser dirigido a procesos industriales; mientras el capital donado tiene la tendencia natural de ser dirigido a los ámbitos de ciencia y humanismo de la vida cultural-espiritual.
=== Atmósfera cultural-espiritual. El capital donado
Ahora bien, puede surgir la pregunta de si toda esta actividad del espíritu se puede reducir a la persona del empresario. La respuesta es: no. El empresario solo puede seguir su actividad si puede contar con el resultado de la actividad intelectual-espiritual anterior, con un bien cultural-espiritual común producido por otros a lo largo de la historia.
Esta “atmósfera cultural-espiritual” históricamente devenida es algo muy poco presente en la conciencia o ciencia de la economía. La conciencia se centra en nuevos desarrollos y productos tecnológicos que sugieren un futuro mejor y que atraen el capital de los inversores. Sin embargo es necesario estimar y reconocer también la “atmósfera espiritual” como factor que crea un valor económico (Rudolf Steiner mencionó el ejemplo siguiente: “Cuando hoy en día se construyen túneles, no se pueden construir sin que se haya una vez encontrado el cálculo diferencial. Con este tipo de trabajo [intelectual-espiritual], Leibniz sigue ayudando a construir todos los túneles hoy en día”. Curso de Economía, sexta conferencia, GA 340.)
Los frutos tomados de la “atmósfera espiritual” existente hacen posible la actividad productiva económica del empresario, y por lo tanto también hacen posible que obtenga los frutos de su actividad en forma de capital. El gesto de devolver las ganancias a la “atmósfera espiritual” a la que se deben, es la donación de una parte del capital obtenido a una institución de la vida cultural-espiritual.
En el Curso de Economía, Rudolf Steiner describe la función del dinero donado como inyección vital para la vida cultural-espiritual en general; en cambio, el dinero prestado siempre va dirigido a la mejora de los procesos de trabajo y producción.
En sus escritos populares y científico económicos, Rudolf Steiner enseña que el capital está en el mismo nivel que el espíritu y pertenece a la vida cultural-espiritual. En la práctica, esto se traduce a que, en una comunidad asociativa económica, la gestión del capital (y del dinero en general) estará en manos de expertos económicos responsables de tomar decisiones. Ellos son representantes de la ciencia económica, por lo tanto de la ciencia, y por lo tanto del ámbito cultural-espiritual.
Autor/traductor: Michael Kranawetvogl