Libertad -- en la ciencia e investigación
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Investigación según las necesidades del Estado
Investigación supervisada y financiada por el Estado
¿Podemos imaginar una sociedad en la que el campo de acción y objetivo de las ciencias es completamente libre, independiente de expectativas de explotación y comercialización, con plena confianza en las capacidades individuales de los científicos y con plena confianza en que los resultados, aunque sean imprevisibles, serán de beneficio para la humanidad?
Investigación según las necesidades del Estado
“En el presente no se aprecian debidamente las sanas condiciones de desarrollo de la vida espiritual a que aquí se alude, porque el concatenamiento de gran parte de dicha vida, con lo político-estatal, no permite formarse el correcto criterio. Esta dependencia a que la humanidad ya está acostumbrada, es el resultado de la evolución de los últimos siglos. Si bien se habla de la "ciencia y enseñanza libres", se lo considera lo más natural que el Estado político administre la "ciencia libre" y la "instrucción libre"; y no se llega a ver que de esta manera el Estado hace depender la vida cultural de sus necesidades estatales. Se piensa que el Estado crea los centros docentes; luego pueden desarrollar la vida espiritual "libremente" quienes ocupan los respectivos puestos. Quien está habituado a pensar de este modo, no considera cuan estrechamente el contenido de la vida espiritual se halla ligado al más íntimo ser de la persona que en sí misma lo desarrolla; y que este desarrollo únicamente será libre si no obedece a otros impulsos que los que provienen de la vida espiritual misma. Resulta que debido a la unificación con la vida estatal, se le ha dado, en el curso de los últimos siglos, un determinado carácter, no solamente a la administración de las ciencias y la correspondiente parte de la vida cultural, sino también a su contenido mismo. Ciertamente, el Estado no puede influir directamente sobre lo que se produce en las matemáticas, o en la física, pero, por otra parte, hay que pensar en la historia y las demás ciencias filosóficas para preguntar: ¿No se refleja en ellas el resultado de la relación de sus representantes con la vida estatal, según las necesidades de ésta?”
Rudolf Steiner, Los puntos esenciales de la cuestión social. Cómo pueden resolverse los problemas y necesidades sociales, conforme a lo que exige la realidad de la vida, GA 23
Investigación supervisada y financiada por el Estado
Gran parte de la investigación científica en nuestras sociedades modernas industrializadas está financiada por el Estado y va dirigida a proyectos de “desarrollo e investigación” prometedores en el sentido de avance tecnológico-industrial nacional.
Una pequeña parte de científicos trabaja en las universidades y puede considerado libre, pero todavía hay que comprobar el porcentaje de proyectos de investigación universitaria encargados/financiados por el Estado. Las estadísticas de los distintos países mostrarán que el Estado ocupa un más de la mitad de la financiación, seguido por la industria. El porcentaje de aportaciones de fundaciones y organizaciones sin ánimo de lucro suele ser alrededor del 1 por ciento. Con lo cual, “la ciencia libre tiene la misma eficacia que la actividad de la Cruz Roja en una guerra sin sentido”. (Stefan Leber: “Autorrealización, ciudadanía y sociabilidad. Una introducción a la idea de la trimembración del organismo social” (Selbstverwirklichung, Mündigkeit, Sozialität …), Hamburgo 1982).
En resumen, la ciencia, como parte importante de la vida cultural-espiritual libre, se organiza y financia bajo el criterio exterior de la utilidad, en gran parte militar e industrial. La experiencia enseña que gran cantidad de estudios independientes de científicos independientes, no empleados del Estado, suelen ser marginados, menospreciados, ignorados o incluso difamados. ¿Por qué los trabajos científicos que alertan de riesgos para la salud y el medio ambiente no obtienen el libre reconocimiento y agradecimiento que obtienen estudios oficiales?
Las agencias estatales de investigación e innovación solo pueden financiar los proyectos según criterios políticos y económicos; por otro lado un gran número de proyectos tiene una orientación militar. Por ejemplo, en EEUU más de la mitad de los matemáticos trabaja en proyectos militares y depende del Pentágono. Por un lado, la producción de armas hace todo menos crear un valor económico real; por otro lado, un gran número de productos de nuestra vida cotidiana tiene su origen en el desarrollo de tecnología militar (la tecnología de aviación, de comunicación, la tecnología informática, inalámbrica, etc.), productos que marcan nuestra vida en un entorno de productos tecnológicas.
Los planes y leyes estatales de ciencia e investigación suelen ser planes estratégicos para asegurar la competitividad económica del país, dando prioridad a los sectores de alta tecnología. Suelen especificar las obligaciones del personal investigador al servicio de centros de investigación pública, entre ellas la obligación expresa de coordinar las investigaciones específicas con los objetivos estratégicos de la entidad oficial y de obtener los permisos correspondientes.