Libertad en la pedagogía

 

Índice

Libertad individual y educación

La primera Escuela Libre Waldorf

Libertad versus estándares globales de la educación

¿Educación humanista o utilitarista?

La escuela como fábrica de alto rendimiento

Capacitación profesional y beneficio empresarial

 

 

Libertad en la pedagogía

Un ejemplo de la intervención no saludable del ámbito económico y del ámbito jurídico-político en el ámbito cultural-espiritual es la filosofía del rendimiento escolar según las necesidades de la industria, respaldada por una política educativa orientada en la competitividad de la economía nacional, y por ejemplo interesada en el cumplimiento de estándares educativos y tecnológicos iguales para todos.

 

 

Libertad individual y educación

Los desarrollos importantes para el futuro de la sociedad serán iniciados por individuos, no por las instituciones estatales.

Sólo el individuo puede ser libre. Hay que confiar en sus capacidades individuales, no en el sistema unitario.

Nuevos impulsos dependen de nuevas ideas que sólo pueden ser fruto de los individuos.

La escuela Waldorf como escuela libre, es decir, como elemento dentro del ámbito de la vida espiritual-cultural libre, respeta  la libertad individual del maestro. Impulsos nuevos para la sociedad sólo pueden nacer en el individuo.

La libertad individual, o el sentido de relacionar la libertad sólo con el individuo, se ve en la relación de maestro a estudiante en las Escuelas Waldorf. El maestro desarrolla libremente la enseñanza, la adapta a las necesidades y capacidades del niño, que a su vez las desarrolla con un propio trabajo. Todo independiente de libros de texto u otros estándares prescritos por el Estado y el sistema educativo estatal.

El Estado no puede reconocer las capacidades de los individuos, sólo conoce al individuo como ciudadano con sus derechos y obligaciones. Tampoco nadie pide al Estado que se ocupe de los individuos. Esto no es su tarea. No puede cumplir esta tarea. Es la tarea de la vida cultural-espiritual libre.

La vida cultural-espiritual libre se organiza ella misma. Una escuela no dependerá de normas educativas estatales, su administración estará en manos de profesionales de la educación, no en manos de burocráticos. En el ámbito cultural-espiritual debe haber libertad en el arte de curar, fundamentada en la libertad de la ciencia médica de la medicina complementaria, inseparable de los derechos y la libertad de decisión y elección de los pacientes. Igual que los pacientes tendrán la posibilidad de la libre elección de medicinas y terapias, los padres decidirán libremente sobre la escuela que quieren para sus hijos.

 

 

La primera Escuela Libre Waldorf

Con el desarrollo de la Pedagogía Waldorf y la fundación de la primera escuela Waldorf en 1919, Rudolf Steiner consiguió establecer un elemento cultural libre frente al sistema educativo de su época, desde el principio criticado por él:

“Un plan de docencia elaborado hasta los más menudos detalles, un sistema prescriptivo que condiciona al maestro hasta sus más mínimas actividades [...] imposibilita el desarrollo de la individualidad, pues el éxito del sistema educativo dependerá únicamente de la disposición a respetar las individualidades de los futuros maestros.”

El sistema educativo alemán, en ‹Recopilación de ensayos sobre historia de la cultura y de la época. 1887-1901›, GA 31.

 

En las escuelas Waldorf no se usan libros de texto uniformes estatales; el plan de estudios  oficial-estatal está complementado con una enseñanza de metodología libre. No hay control de ningún tipo, no hay exámenes. Hay confianza en el individuo. Esta confianza que el Estado no puede tener, porque tiene la tendencia a sospechar de todo lo que no es uniforme y controlable.

 

 

Libertad versus estándares globales de la educación

La pedagogía libre cuenta con la confianza en las capacidades de los maestros y padres que se organizan para auto-gestionar una escuela, sin necesidad de aplicar estándares globales de la educación, medir el rendimiento escolar según las ideas de grandes instituciones mundiales como el Banco Mundial o la OCDE:

“Los planes y programas de estudio deben estar estrechamente relacionados con los estándares de rendimiento y la medición de resultados. Establecer estándares puede ser un proceso largo en países con poblaciones heterogéneas y culturas distintas regionales y étnicas. Una delineación cuidadosa de asignaturas básicas académicas, como enfoque de establecer estándares de rendimiento, podría servir para resolver las diferencias entre grupos.”

World Bank 1995: Priorities and Strategies for Education. A World Bank Review.

 

Otra gran actora en la política educativa mundial que marca el trabajo de millones de pedagogos y educadores en el mundo es la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos ).

La OCDE “ayuda a gobiernos a enfrentar los retos económicos, sociales y de gobernabilidad así como a explotar las oportunidades de globalizar la economía mundial“. Un elemento indispensable en el trabajo de la OCDE son las estadísticas, la medición, y el crear bases de datos e informes de indicadores Los indicadores de la OCDE abarcan entre otras las de la evaluación de logros en la educación; por ejemplo las expensas públicas en educación, el porcentaje de mujeres con estudios universitarios completos, el porcentaje de personas sin cualificación de enseñanza secundaria, el promedio de horas que los niños pasan en la enseñanza pre-primaria, etc.

El estudio PISA (Programme for International Student Assessment) es uno de los programas de la OCDE para medir el beneficio individual y social de inversiones en la enseñanza (incluyendo los beneficios para los inversores).

PISA sirve para mensurar, monitorear y clasificar la sociedad bajo criterios de rendimiento en el ámbito de enseñar y aprender. PISA sobre todo es un instrumento ideal de infundir miedo a los padres de alumnos - miedo a que sus hijos puedan quedar atrás. Cuanto más datos estadísticos de educación recoja la OCDE en todo el mundo, más comparaciones entre países y partes de la sociedad se pueden realizar; cuantas más comparaciones sean posibles, más oportunidades existen para demostrar que ciertos países o grupos sociales quedan atrás en comparación con otros. Cuánto más miedo de quedarse atrás exista, más competencia se genera entre países o partes de la sociedad. Cuanto más “evidencia” de falta de rendimiento escolar como parte de esta competencia entre todos, más estándares de educación se pueden imponer. Allí se cierra el círculo: cuanto más estándares curriculares y más tests PISA estandarizados, más comparabilidad y monitoreo serán posibles.

La respuesta de la OCDE a sus dos propias exigencias arriba expuestas es: más tecnologías de información y comunicación (TICs) en las escuelas y colegios, y cada vez más precozmente. Para la OCDE y los grandes diseñadores de la política educacional tecnocrática, los TICs por sí mismas ya significan un avance jamás cuestionado, aunque en ningún momento en ningún país del mundo se haya comprobado una mejora en el aprendizaje.

La ideología de la política educacional tecnocrática es que solo quien tenga competencias suficientes en las TICs no quedará atrás en la competición con los demás. Para imponerse en el mercado hay que desarrollar además “espíritu empresarial” y dominar las tecnologías modernas para competir mejor y asegurar su propia empleabilidad (“employability”). Consecuentemente, una prioridad que la OCDE pone en futuros ciclos del proyecto PISA es la evaluación y medición de las competencias en las TICs. Y con toda seguridad, se podrá apuntar con el dedo a quien se quedó atrás en esas tecnologías.

 

¿Educación humanista o utilitarista?

Estas directivas para la política educativa significaron el giro deliberado del control que el Estado ejerce sobre la educación por motivos ideológicos (extremado en los antiguos sistemas comunistas del Este), hacia el monitoreo del rendimiento escolar según estándares e indicadores generados en el espíritu del pensamiento occidental. La autoridad política sigue interviniendo en la pedagogía y educación, estrangulando la vida libre cultural spiritual, es decir, el gran objetivo de la “descentralización” no se ha cumplido. Lo único que se ha conseguido es hacer que el control central de las instituciones estatales se haya transformado en el control central ejercido por instituciones globales.

La combinación de la estrategia política (control a través de estándares y normas) con el enfoque económico (protección de la inversión en educación mediante la medición de los resultados y la evaluación de si el input proporcionado resulta en la deseada eficiencia y rendimiento) sugiere que la mejora de la educación dependa principalmente de estos dos factores. El aspecto humano y humanista pasa a segundo plano ni merece mención. No es de esperar del Estado que tenga la inspiración pedagógica para una educación completa del ser humano; ni hay que pensar que la educación pueda ser organizada según principios económicos. Una pedagogía libre sabrá tratar al ser humano (tanto a los profesores como a los estudiantes) según sus capacidades y necesidades individuales. La pretensión de control y monitoreo escolar no puede hacer otra cosa que tratar al individuo como un elemento que debe funcionar como parte del sistema. Esto lo expresan involuntariamente las medidas propuestas en el mencionado documento del Banco Mundial.

Los resultados (el rendimiento orientado un resultados) de la educación se pueden mejorar a través de cuatro acciones importantes:

* poner estándares para el rendimiento;

* proporcionar input del cual se sabe que mejora el resultado;

* asumir estrategias flexibles para la adquisición y el uso de input, y

* monitorear el rendimiento.

 

“Los resultados de la educación se pueden mejorar mediante la adopción de cuatro importantes medidas: a) el establecimiento de normas sobre los resultados de la educación; b) la prestación de apoyo a los recursos que, según se sabe, mejoran el rendimiento; c) la adopción de estrategias flexibles para la adquisición y la utilización de los recursos; y d) la vigilancia de los resultados.”

Prioridades y estrategias para la educación, Examen del Banco Mundial, 1994, capítulo “Mejoramiento de la calidad”.

Lo aquí propuesto es un proceso mecánico que solo puede ser el fruto de una concepción del ser humano reducido a su función cerebral, programable para recibir el input adecuado y entregar el output deseado.

En una escuela libre Waldorf, por ejemplo, la libertad pedagógica significa, entre otras cosas, un ambiente libre de presión y control de rendimiento, tanto para los maestros como para los padres y alumnos. No existen boletines de notas, no hay  evaluación de los aprendizajes o exámenes estandarizados.

Véase también en este glosario: Pedagogía Waldorf

 

La escuela como fábrica de alto rendimiento

El concepto de la educación uniforme y orientada al máximo rendimiento no deja respirar en libertad ni a los profesores ni a los alumnos.

En el marco de tales conceptos, los directores de centros escolares se convierten en empresarios, el espíritu humanista se vuelve espíritu empresarial, la educación en mercancía, la escuela en empresa que funciona bajo criterios de rentabilidad. En lugar de una evaluación personal, se da preferencia al control de calidad y rendimiento a nivel global, el maestro es “capital humano”, entendiendo sus capacidades como objetos de inversión y rendimiento, y elementos de la productividad económica.

El estudiante responsable y respetuoso con medio ambiente, con la naturaleza y el prójimo, como amador de lo bueno, verdadero y bello, se torna en objeto de enseñanza, portador de conocimientos y competencias. El alumno está siendo preparado para funcionar en un mundo futuro concebido como gran economía global que progresa con constantes innovaciones tecnológicas.

La libertad de la enseñanza queda sacrificada al funcionamiento y rendimiento de los profesores y alumnos.

En un sistema educativo centralmente dirigido por normas y estándares definidos por el Estado, el libre desarrollo del individuo se reduce a la elección “libre” y “responsable” de los puestos y certificados diseñados por el sistema. Las facultades individuales se reducen a las competencias exigidas por el “mercado”. El ser humano se reduce al “capital humano”, es decir a la fuerza laboral del individuo.

 

Capacitación profesional y beneficio empresarial

“Los monopolios de la educación deben considerarse como elemento que ha contribuido a la catástrofe actual. ... Porque la libertad en relación con lo espiritual sólo provoca daño si lo espiritual no permanece en lo espiritual. En cuanto de alguna manera, como sucede hoy y siempre ha sucedido desde hace mucho tiempo, se combina lo espiritual, es decir, la apropiación de las capacidades, con la posibilidad de sacar provecho privado de la ganancia empresarial, de modo que la ganancia privada derivada de la actividad empresarial pueda desempeñar de alguna manera un papel en la explotación de lo espiritual, todo esto es algo que sólo puede causar los daños más profundos frente a las exigencias del futuro. “

Rudolf Steiner, Bases histórico-evolutivas para la formación de un juicio social, segunda conferencia, GA 185a